¿Tiene usted la bendición correcta?

¿Qué pensaría usted estimado lector si le dijeran que no todas las bendiciones son buenas? Aunque suene difícil del creer, no todas las bendiciones que llegan a la vida humana se traducen en beneficios a largo plazo. La razón por la que no todas las bendiciones son buenas se debe a que no todas las bendiciones provienen de Dios. El ser humano suele apelar a sus propios medios para obtener el beneficios para su vida, pero no siempre las cosas salen como se quieren.

Miremos el ejemplo de Jacob, quien tuvo la oportunidad de probar los dos tipos de bendiciones posibles, la bendición humana y la bendición de Dios. En el primer caso, las cosas no le salieron muy bien a Jacob, en especial porque no recurrió a los métodos más honestos para obtener la bendición. Para ser bendecido, Jacob no confió en Dios, se aprovechó de un momento de debilidad de su hermano y creo alianzas con su madre para engañar a su padre. El resultado de esta bendición obtenida ilegalmente fue desastroso para la vida de Jacob. Debido a esto su familia se dividió y su hermano Esau trató de matarlo durante años.

Por esta razón Jacob decide probar la bendición de Dios. Luego del gran esfuerzo que implicó obtener esta segunda bendición, incluyendo una pelea con un ángel, las cosas se arreglaron en la vida de Jacob, comprendiendo que se debía sujetar al plan del Señor. Así como Jacob, todos los creyentes debemos comprender que solo sujetos al plan de Dios, podemos tener una verdadera bendición del señor. Hay que superar el temor a creer en el Señor y evitar pensar que solo con nuestras fuerzas humanas es suficiente, porque eso nos puede llevar al fracaso.

¿Por qué Dios me prueba?

/home/wpcom/public_html/wp-content/blogs.dir/9e4/61434165/files/2014/12/img_3916.jpg
Un rasgo común de las grandes personalidades de La Biblia es que en algún momento de sus vidas fueron probados por el Señor. Uno de los casos más recordados de las escrituras es el de Abraham cuando recibió la orden de Dios de sacrificar a Isaac, su único hijo que quedaba junto a él. En Genesis 22: 11-14, un ángel detiene a Abraham cuando estaba a punto de sacrificar a su hijo. Por medio de esta prueba, Dios probó la fe de Abraham.
Aunque en la actualidad, Dios no nos pediría matar a un hijo, en cualquier momento probará de alguna manera a los creyentes.

De el episodio de Abraham e Isaac podemos sacar tres razones por las cuales Dios prueba a los seres humanos. La primera de esas razones es que durante la prueba salen a flote todos lo que esta dentro del ser humano, sea bueno o malo y durante el proceso tenemos verdaderas revelaciones sobre quien es Dios. Después de eso, cuando el individuo entiende la revelación Dios comienza a actuar el la vida humana.

La segunda razón por la que Dios prueba al hombre, es que el Señor quiere que le cedamos el protagonismo de nuestras vida a él. Cuando Abraham tuvo la revelación de Dios y la comprendió, el Señor proveyó a Abraham para ejecutar su sacrifico sin necesidad de matar a su hijo (el carnero citado en el texto bíblico). Un error común de algunas personas es el de reducir a Dios a una parte de sus planes. Pero hay que recordar que Dios en su soberanía es quien decide cuando bendecir y actuar, él no se sujeta a la voluntad de los hombres.

Lo dicho anteriormente demuestra que los planes de Dios son mejores que los de las personas. Esa es la tercera razón por la que Dios prueba al ser humano. Los resultados obtenidos por las personas que se acoplan al plan de Dios son mucho mejores que los de las personas que deciden seguir sus propios planes. Pero la decisión de seguir el plan de Dios no es fácil. La indecisión, los afanes y los pensamientos divididos inciden en que muchos creyentes echen a perder el plan de Dios en sus vidas. La mejor forma para superar este inconveniente es confiar en Dios dejar de emular al mundo, mediante una completa rendición a Dios y rechazo de nuestro egoísmo.

¿Tiene usted un corazón duro?

Dios espera que todos los cristianos crezcan en espíritu y como personas. Parte del crecimiento de una persona radica en lograr cumplir el propósito asignado por Dios, eso implica que el creyente debe desarrollar su habilidad de obedecer al Señor bajo cualquier circunstancia. La obediencia por defecto implica cambios en la vida de los creyentes que atraviesan el proceso de crecimiento de la mano de Dios.

Los cristianos debemos ser una buena tierra para el crecimiento del propósito de Dios. El primer paso para que esto sea posible es que la palabra del Señor se conecte con el corazón de las personas y eso significa que las personas deben abrir su corazón a la palabra de Dios. Si el corazón humano se cierra a la palabra de Dios, nunca se producirán los cambios y el crecimiento que Dios espera del individuo; sería como aquella semilla que cae en el camino y no en el terreno adecuado.

¿tiene usted un corazón duro o cerrado? Identifique los síntomas. 

La principal característica de un corazón duro es que carece de sensibilidad a la palabra de Dios. Cuando esto sucede, el individuo afectado deja de percibir los estímulos del Señor, dejando de sentir y recibir lo proveniente del cielo. Un corazón insensible produce los siguientes efectos en la salud espiritual del afectado, tome nota e identifique si tiene uno de estos sintomas:

1- La divagación y la perdida de vista de lo que realmente es importante. La caída hacía lo banal, dejando de lado las prioridades y objetivos es uno de los problemas que tienen las personas con corazón cerrado. Con el tiempo, las distracciones banales hacen que las personas dejen de escuchar la voz de Dios. (Salmos 95:10)

2- Incapacidad de someterse a Dios u obedecer mandamientos. Cuando las personas no escuchan a Dios, simplemente el imposible que se den cuenta que Dios tiene un plan con ellas y simplemente se niegan a obedecer. (Nehemias 9:16)

3- Un corazón duro e insensible resiste al Espíritu Santo. (Hechos 7:51)

Si usted tiene estos síntomas, debe preocuparse, es hora de volver a conectarse con la palabra de Dios. Cerrar el corazón a Dios puede traer consecuencias muy negativas para la vida de una persona. Satanás se puede robar las bendiciones, el ser humano no experimenta cambios positivos y no llegan bendiciones. Tenga en cuenta que el endurecimiento del corazón es producido por la maldad humana, producida por malas experiencias o traumas del pasado que generan heridas emocionales.